domingo, 13 de febrero de 2011

Hasta luego, Pepa.

Hace casi un año que no escribo en este Blog. Lo dije en mi primera entrada, suelo ser muy inconstante con estas cosas y me aburro con facilidad. Ojalá el motivo de hoy para escribir no fuera el que es, ojalá hubiera dejado olvidado mi blog otros 10 años, eso hubiera significado que no había un motivo tan importante.
Esta entrada se la quiero dedicar a mi suegra, falleció ayer por la tarde. Muchos pensarán que no es apropiado escribir, pero no quiero dejar escapar la oportunidad de dedicarle un trozo de mis pensamientos y de compartirlo con todos los que quieran leerlo.
Mi suegra era una mujer excepcional, una madre fabulosa, incluso para los que no éramos hijos carnales, una amiga fiel, una esposa queridísima. Compartió con nosotros setenta años de su vida, afortunado Joaquín, que compartiste con ella la mayoría de estos años, y que llevas tanto de ella dentro de ti como de lo que se ha llevado ella de ti; yo sólo pude disfrutar apenas cinco años con ella,cinco años que coinciden con la época más feliz de mi vida.
Solía decirle que el mejor piropo que podía dedicarle es que me recordaba mucho, muchísimo a mi propia madre, cocinaba de forma similar, las dos hacían prácticamente los mismos comentarios, y a pesar que las dos se distanciaban mucho en creencias e ideologías, compartían una forma de entender la vida igual. El que inventó el refrán de "madre no hay más que una", no tuvo la suerte de conocer a Pepa.
Mi suegra no dejaba un detalle pasar, era atenta y dedicada con todos los que pasaban por su lado, tenía un carácter que la hacía única, una fortaleza que se tornaba toda corazón cuando lo requería cada situación. El día antes de su muerte, en el hospital, casi sin poder respirar, aun nos instaba a todos a que nos fuéramos a casa a descansar, era incapaz de pensar en ella antes que en los demás.
Yo, en mi parte creyente, tengo el consuelo que nos volveremos a ver, tarde o temprano, porque la vida sigue adelante. En mi parte terrenal, tengo el consuelo que la veré durante toda mi vida: en Jessica, mi suegra solía decirme que mirándola a ella sabía como iba a ser Jessica dentro de 40 años, en Juanmi, con la misma fuerza, determinación y constancia que su madre, y en definitiva en todas las personas que compartieron con ella un rato. Porque mi suegra nos regaló a todos un trozito de ella y, aunque suele a tópico, sé perfectamente que siempre estará con nosotros, en nuestros pensamientos y en nuestro corazón.
Pepa, yo estoy muy tranquilo, porque sé que el día que nos toque pasar por lo que tu has pasado, nos estarás esperando, con todo preparado y organizado para como acogernos como siempre.
Gracias por todo Pepa, hasta pronto, te quiero.

viernes, 12 de febrero de 2010

Acostumbradas costumbres.

Hay veces que repetimos palabras o gestos de forma diaria. Algunas de forma consciente y otras no podemos controlarlo, como las 'muletillas', "asín es".
Yo tengo una costumbre, un gesto que repito de forma habitual. Si lo pienso es de lo primero que hago al levantarme y de las últimas cosas que hago en la cama antes de dormirme.
A veces es incontrolable y en las ocasiones que intento reprimirlo, cualquier persona que me mire se dará cuenta de lo que estoy haciendo.
Este gesto es a veces tan grande y desproporcionado que se me saltan hasta las lágrimas, de hecho recuerdo haber visto a varias personas que se les caía la baba.
A las personas nos suele pasar, además de al despertar y al irnos a dormir, cuando hacemos una comida copiosa, por ejemplo un buen guiso o cocido de legumbres. Es comer y al ratito, cuando más tranquilos y relajados estamos aparece sin avisar y no lo puedes controlar ni cortar.
Nos solemos reír mucho cuando les pasa a otras personas en público porque no es un gesto demasiado protocolario y solemos disculparnos si somos nosotros los que lo hacemos. Eso sí, si nos ocurre con gente de confianza o en nuestra casa solemos acompañarlo de alguna coreografía y estiramiento, lo que provoca que nos sintamos más felices.
Cuando le pasa a los ancianos, a los niños o a nuestras mascotas lo encontramos aún más divertido y lo comentamos incluso con los amigos "¡Fíjate en lo que ha hecho mi perro!"
La verdad es que es un gesto completamente recomendable porque te deja como nuevo. Lo malo es que es muy fácil comenzar pero muy difícil pararlo.
Y es que un buen bostezo a tiempo alivia muchas tensiones.
Por cierto, si pensabais que el gesto al que me refería era otra cosa nos os preocupéis, creo que todo lo escrito es perfectamente aplicable a esa otra cosa.

miércoles, 10 de febrero de 2010

¿Del derecho o del revés?

Recuerdo cuando era pequeño que hubo una moda de artículos reversibles, chaquetas y abrigos, por poner un ejemplo, se podían usar tanto de una forma como de la contraria. En éste ánimo por ser más "modernos" le dábamos la vuelta hasta a cosas que no habían sido diseñadas para ser reversibles. Nos poníamos una gorra con la visera hacia atrás porque habíamos visto en la tele que eso era la última tendencia, aunque eso nos supusiera tener que taparnos los ojos con la mano para que no nos molestara el sol. Existió también la moda de unos chaquetones, en Sevilla se llamaban 'Bombers' que se podían usar del derecho o del revés, cuando le debas la vuelta, al ser por dentro el forro de color naranja, tenías un aspecto muy divertido de promotor de bombonas de butano, quizás de ahi su nombre. En este impulso de modernizarnos una famosa marca de pizzas promocionó durante unas semanas "la pizza que te comerás al revés". Yo fuí testigo de gente que le daba la vuelta a la pizza, con los ingredientes hacia abajo y después, con la lengua quemada y la 'bomber' llena de peperoni me decían: "pues así sabe mucho más rica la pizza!". Menuda cara se les quedó cuando la pizzera desveló que comerse la pizza del revés era empezar por el borde y no darle la vuelta...
Si querías ser rebelde y vacilón tenías que sentarte con el respaldo hacia adelante y las piernas a los lados; si además medías menos de metro setenta, al bajarte de la silla dabas aspecto de pato con la entrepierna dolorida...
Habría sido divertido que la moda siguiera un tiempo, ponernos los zapatos al contrario y parecer que somos patizambos, llevar las gafas al revés y parecernos a Rappel, untar las tostadas del otro lado y vencer a la ley de murphy, trabajar 20 años y cobrar 40 de pensión. Definitivamente creo que, al contrario que a día de hoy, habría más gente feliz que triste.

lunes, 8 de febrero de 2010

El tiempo.

Es curioso como funciona el tiempo y aunque se que es un tópico muy usado voy a intentar hacer mi acercamiento al tema...
Solemos decir que el tiempo vuela cuando lo estamos pasando bien y que se hace eterno cuando tenemos alguna tarea tediosa entre manos, no estoy del todo de acuerdo.
No hay una época más feliz que cuando somos niños y sin embargo el tiempo pasa lentísimo. Ahora recuerdo cuando después de la comida del medio día tenía que esperar dos horas para poder irme a la piscina a nadar, además durante dos horas había que estar muy calladitos para no molestar a los mayores...hoy en día después de comer se me suele apetecer echarme un ratito y cuando despierto me doy cuenta que ya son las ocho de la tarde y casi no es hora de bañarse ni de nada.
Que llegara el viernes era toda una vida, y en un fin de semana nos daba tiempo de hacer de todo, ¡incluso el mismo viernes! Ahora sin embargo, aunque también estoy deseando que llegue el viernes se me pasa la semana tan rápido que parezca que vaya saltando de lunes en lunes.
Hoy no tenemos tiempo para nada, trabajamos 8 horas diarias y aunque no tengamos actividades "extraescolares" no podemos hacer la mitad de las cosas que nos proponemos. Antes teníamos las clases, los deberes por la tarde, el inglés, la natación, el kárate, la danza...teníamos más planes que Anibal Smith, pero nos daba tiempo a hacerlo todo y además a salir con los amigos, ir a los salones recreativos, comer chucherias y estar tirados en la calle aburridos hasta que llegara la hora de volver a casa.
Ojalá la afirmación de "el tiempo vuela cuando lo pasas bien" fuera real, eso significaría que cuanto más ancianos nos hacemos, mejor nos lo estamos pasando.

Feliz lunes a todos y cuidado, el viernes está acechando a la vuelta de la esquina.

viernes, 22 de enero de 2010

Refranes, dichos y diretes.

Como buen "viejuno" que soy, a veces sin darme cuenta ando con los brazos cruzados detrás de la espalda, me fascina el mundo de los refranes. No es sólo que alberguen la sabiduría popular...
Existen refranes para csai todo, dias lluviosos, dias soleados, advertencias sobre gente, consejos sobre como lavar la ropa, etc. De lo que más me gusta son los refranes con sus correspondientes contra-refranes, esos que en una tarde te puedes encontrar dos viejecillos hablando...
-Sarna con gusto no pica.
-¡Pero Mortifica!
Y ale, así se quedan tan felices los dos, pensando que tinen razón. Yo me imagino el que inventó el refrán de "A quien madruga Dios le ayuda", un padre cansado que su hijo se levantara cada mañana más tarde; lo que no imaginaba este señor era que tras años de gestación de su refrán, en el momento en el que se lo decía a su hijo le iba a responder con un "no por mucho madrugar, amanece más temprano", el padre, sin poder hacer nada más ante tal contestación hace lo que debía hacer...levantar a su hijo de la cama a estacazos al grito de "¡la letra con sangre entra!", y es que antes se hacían las cosas de forma diferente.
Encontramos también personas que por mucho que escuchen un refrán siempre consiguen cambiarlos; así obtenemos del dicho "estoy mas amargado que el culo de un pepino" el alternativo "estoy más agobiado que el culo de un pepino", y es que ser una hortaliza nunca fue fácil, y ser el culo de una hortaliza es realmente estresante.
La magia del refrán o del dicho reside en contarlo con convicción, rápido, y así aunque nos equivoquemos, al menos dejaremos al que nos escucha pensando en que puñetas hemos dicho.
Así pues me despido ya "que lo bueno si breve, buena sombre te cobija".

martes, 19 de enero de 2010

La importancia de dormir.

Después de haber descansado 8 horas, a las 7 de la mañana suena la alarma del despertador…

Apago el despertador y me pongo las gafas. Enciendo la luz de la mesita de noche, me incorporo en la cama y me pongo las zapatillas. Voy al baño, me lavo la cara y me aseo en general. Voy en silencio a la cocina, el resto de la familia duerme. Enciendo la luz, cojo un cuenco, los cereales y la leche. Hecho los cereales en el cuenco y la leche encima de los cereales. Me voy a la habitación, me siento en la cama y desayuno. Dejo el cuenco en la cocina, me lavo los dientes con dentífrico mentolado. Voy a la habitación, cojo la ropa del armario y me visto. Me ato los zapatos. Vuelvo al cuarto de baño y me peino. Cojo el almuerzo del frigorífico. Salgo de casa hacia el trabajo. Son las 7:45.

Después de una noche de borrachera, con 3 o 4 horas de sueño, a las 7 de la mañana suena el despertador…

Apago el despertador, me quedo dormido. Al cabo del rato despierto sobresaltado y miro la hora ¡las 7:30! Tiro las gafas al suelo, al intentar encender la lamparita tiro el despertador, recojo las gafas, agarrándolas por el cristal y dejo un manchurrón en medio, me pongo las zapatillas del revés y voy hacia el baño. Me trato de lavar la cara y quitar las legañas, no tengo tiempo para más aseo, cojo el desodorante y me lo pongo, al ser un roll’on después me lamentaré de haberlo hecho…Intento ir en silencio por la casa, le doy una patada al cubo de la fregona y derramo agua por medio pasillo. Recojo como puedo el agua y llego a la cocina. Después de cinco segundos intentando pelar un plátano de adorno que tengo en el frutero desisto y me vuelvo a la habitación. Cojo la ropa de ayer, le aplico el viejo truco de “colonia encima” y compruebo que es peor el remedio que la enfermedad, no hay tiempo, me visto. Me pongo los calcetines y veo asomar uno de mis pulgares, no hay tiempo, me calzo las botas y me las ato y voy corriendo al baño, ya no hay discreción ni silencio que valga. Me intento quitar el mal aliento de la noche anterior lavándome accidentalmente los dientes con crema para las hemorroides. Vuelvo a la cocina y cojo el almuerzo. Salgo de casa despeinado son las 7:55. Miro la fecha en el móvil, sábado 16 de enero, miro el supuesto almuerzo que he cogido de casa y compruebo que se trata en realidad de las insulinas de la abuela. Vuelvo a casa, me acuesto vestido y apestando a colonia mezclada con tabaco.

Que bien me lo pasé anoche…probablemente.

lunes, 18 de enero de 2010

El Mundo en miniatura.

Después de inventar el chip, creamos el micro-chip, después de la falda la minifalda, tras los pantalones los shorts, las gafas dieron paso a las lentillas, las pesetas a los céntimos de Euro y los grandes teléfonos a los minúsculos móviles.

Recibimos una educación concienzuda de nuestros padres que nos inculcaron los valores de “cuanto más mejor” y ahora le damos la vuelta a la tortilla, o mini tortilla que suena más actual, y reducimos todo lo que conocemos para hacerlo más moderno.

Con la revolucionaria “nouveau cuisine” consiguen, por ejemplo, que todo el sabor del mar te quepa en el hueco de una muela y que lo recuerdes el resto de tu vida pagando a plazos tu peso en Euros. Si quieres ser moderno tienes además que vivir en un mini apartamento en el que valorarás mucho que todas tus cosas sean pequeñitas, porque lo más probable es que para que el sol pueda entrar en tu casa antes te tengas que salir tú.

Como las empresas tienen por costumbre ser emprendedoras también se han decidido a estar a la última, ahora de 14 pagas hemos pasado a 12, de tener trienio a no tenerlos, de las cestas de navidad a las tarjetas de felicitación, y del sueldo de nuestros padres a los salarios de nuestros abuelos. Todo sea por el progreso.

Todo se hace más pequeño menos los relojes y los zapatos, porque los fabricantes se han olvidado de la gente que mide menos de 1’65 y está proporcionada, que todavía existimos, que aunque tenemos unas manos y pies pequeños para la sociedad parece que no son nada “modernos”. Porque para poder ponerme un reloj que no sea un casio digital me tengo que parecer al protagonista de “Ben10”, y si me compro unos zapatos o lo hago en la sección infantil o me puedo echar la siesta dentro de uno de ellos.

Así que si me permitís elegir primero de la bandeja de los filetes, me apartaré el más grande, ¿vosotros cual hubierais elegido de escoger primero?, ¿el pequeño?, ¿por educación o por ser más modernos? No os preocupéis, ese es justo el que yo os he dejado.